UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA (CAMPUS CÁCERES)
II Edición Curso 2013-2014
Texto 1: Flecha, R.; Puigvert, L.; y Ríos, O. (2013).Las
nuevas masculinidades alternativas y la superación de la violencia de género. International Multidisciplinary Journal of Social Sciences, 2(1), 88-113
A una de las
participantes le ha sorprendido como los movimientos profeministas ya existían
en España en el año 77 y ha reflexionado sobre si quizá esto era posible en
ciudades más grandes, mucho más abiertas a este tipo de movimientos, y lo complicado
que es incluso en estos momentos que en pequeñas ciudades como la nuestra
aparezcan, poniendo como ejemplo estas tertulias.
Hay acuerdo en que es
muy acertado el análisis que se hace de la masculinidad hegemónica, sobre todo
de sus dos principales características: la agresividad y la dominación. Todas
las personas participantes creemos que son dos características que resaltan
mucho en cierto tipo de hombres, los que responden a este perfil y que son
éstas dos características las principales causantes de la violencia de género.
A uno de los
participantes le ha llamado la atención la desnaturalización de las identidades
de género que se hace desde la aproximación antropológica de David Gilmore. Los
roles de género vienen dados desde la sociedad y se aprenden socio-culturamente.
Existen otras culturas que construyen de una manera diferente la masculinidad.
La diversidad y la tolerancia son las que dejan paso a lo que se viene a
denominar como nuevas masculinidades alternativas. No se trata de dar patrones
cerrados, sino que surjan nuevos patrones.
Creemos que existen
verdaderas dificultades a la hora de acabar con esos modelos de masculinidad
hegemónica. Los medios bombardean de continuo con proyecciones acerca de
nuestros roles de género y es difícil romper con esos roles, como se señala en
diferentes partes del texto. Se comenta lo referente al asesino de Marta y el
caso del asesino que se casa con la hermana de su víctima. Debatimos acerca de
como ha debido subirle la autoestima a ambos y cómo el asesinato que cometieron
queda casi en segundo lugar.
Lo que más preocupa
es el deseo de una mujer hacia un hombre violento: el origen de la masculinidad
es sociocultural. Las niñas piensan que la violencia es algo biológico, cuando
en realidad es algo social, que puede ser transformado. No se quiere con esto
culpar a quién elige o cree que es algo normal la violencia, pues la culpa es
siempre del que oprime, del maltratador. ¿Cómo transformar ese rol si luego los
medios te lo tiran por el suelo? La producción cultural muchas veces ayuda a la
reproducción de roles negativos muy ligados a la masculinidad hegemónica
tradicional. Discutimos el ejemplo del reggaetón como música machista, como
sirve también para socializar en la violencia. La mayoría de los adolescentes
escuchan ese tipo de música, se acepta, no se trata de educar para escucharla
de manera crítica.
Mario lee la crítica
del libro Prohibido tener 14 años:
“Iván tiene un problema. Sin más, parece que las chicas siempre besan a otros
chicos.” Creemos que éste es un mal ejemplo a la hora de plantear lecturas a
chicos y chicas, pues está formando una idea negativa de las chicas. Aparece
entonces el libro 50 sombras de Grey. Coincidimos
en que es una novela que de leerla habría que hacerlo críticamente al igual que
las películas A tres metros sobre el
cielo, pues en amabas aparecen modelos de relación y de masculinidad que
distan mucho de ser ejemplares y siguen modelos hegemónicos y tendentes a la violencia
de género.
Uno de los
participantes comenta un video que pasaron en su clase de sociología. En el
vídeo se cuenta la historia de una niña que intenta escaparse de casa con su
novio, pero en el momento de escapar descubre a una pareja de vecinos que están
discutiendo en casa y el hombre golpea a la mujer. La niña vuelve a casa
diciéndole a sus padres: “Ya no quiero enamorar porque ya entiendo que es el
amor”. Este tipo de ejemplos creemos que confunde muchas veces a la hora de
socializar a niños y niñas, pues parece que en los últimos tiempos aparece una
tendencia que relaciona amor, las relaciones románticas, con violencia de
género, cuando creemos que la violencia en realidad se da independientemente de
si son relaciones esporádicas o no.
Creemos que en
ciertos aspectos la igualdad ha llegado pero de forma negativa: las chicas
adoptan el rol muchas veces de lo que Giddens considera como “mujeriegos”. Esto
crea problemas entre los y las jóvenes, porque si bien los chicos no tienen
problemas al encontrarse con esa etiqueta, para las chicas mujeriegas es
diferentes, pues son consideradas muy negativamente, la mayoría de las veces
sin ningún motivo.
Por último acabamos
con una reflexión interesante, resaltando la importancia de las nuevas
masculinidades alternativas a la hora de la socialización tanto de niño como de
niñas: para ellos porque aparecen como un modelo positivo a seguir y para ellas
porque aparece como un modelo a desear. Creemos que es importante que se
señalen y resalten cuando aparecen estos modelos en los diferentes aspectos de
la sociedad.
Todos los roles y
todas las expectativas que tenemos de hombres y mujeres tienen un origen social
condicionado por los medios de comunicación y las tradiciones (que el término
"tradición" tiene un tinte sociocultural ya de por sí), pero eso se
puede cambiar adoptando una nueva mentalidad más abierta y tolerante que deje
espacio a nuevas formas de entender el género y las "características"
de masculinidad y feminidad que atribuimos socialmente. Podríamos cambiarlo a
través de los medios de comunicación o la educación de las personas, aunque esta
tarea no es nada fácil.
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